5 de marzo de 2009

Fundamentos

La imagen en movimiento combinada con el sonido es la más joven de las expresiones artísticas. Con menos de 100 años las variantes con las que se presenta son incontables (cine, televisión, Internet, telefonía, videojuegos, etc.).
La oferta es ilimitada y la comprensión de estos lenguajes audiovisuales se hace imprescindible en la educación.

Sin embargo, por lo general se nos educa para ser consumidores de ese caudal gigante de imágenes y sonidos que, como todos sabemos, responden en su inmensa mayoría a intereses comerciales y privados. Solo una pequeña parte, encubierta por todo el resto, se dedica al desarrollo de la educación y a la libre explotación creativa de estas herramientas, o sea, al arte.

Hace 100 años, las cámaras eran solo un par de decenas en todo el mundo y estaban construidas con madera, hace 30 años las computadoras eran muy pocas, ocupaban grandes habitaciones y en lugar de tener monitores perforaban cartones que debían ser traducidos a mano.

Hoy, contamos con más y mejores herramientas, pero la creatividad no se encuentra en el pincel del pintor sino en sus profundos deseos y frustraciones, en sus vivencias y en el trabajo puesto sobre el lienzo.
De igual manera, nuestras modernas camaritas son bellas cuando trabajan junto a nuestra imaginación para sacar a la luz nuestro sueño.

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